martes, 16 de junio de 2009

A MI TAMBIEN ME DUELE EL BETIS

DEDICADO A MIS PRIMOS CLEMENTE Y JUAN CARLOS
No me da vergüenza escribir esto, ni piense nadie que me he cambiado de camiseta, ni tampoco es que haya bebido hoy más de la cuenta... Nada de eso. Todos saben que tengo el alma blanca y la sangre roja, y que, como dice el Arrebato, sevillista seré hasta la muerte....
Sin embargo, el corazón también me mueve y me conmueve hacia un sentimiento, cuasi una religión, que embarga a muchas personas por todo el mundo, desde hace más de cien años, y que ayer volvió a celebrar uno de esos acontecimientos que quedan marcados en la historia de una ciudad, dual por los cuatro costados, llamada Sevilla.
A mí también me duele el Betis. El Betis del sentimiento. Yo pude ser del Betis cuando Esnaola le paró el panalty a Iríbar para ganar la primera Copa del Rey. Entonces ví tan felices a mis amigos Antonio y José Luis.... menos mal que mi padre ya me llevaba al Sánchez Pizjuán y preferí la camiseta blanca blanca a las rayas verdes.
A mí me duele el Betis de la Peña Bética de mi pueblo, esa en la que jugaba al ajedrez de pequeño y me sorprendía de que nadie se metiera conmigo por ser sevillista. El Betis de Manolo el de la Atarazana, que se llevó un día a mi primo Clemente al Benito Villamarín y lo hizo bético para siempre.
Me duele el Betis que tras perder 4-0 en Tenerifé llenó el estadio para intentar remontar aquella promoción y no irse a Segunda. Yo estuve aquel día en el Villamarín, y aún se me ponen los bellos de punta.
A mí me duele el Betis porque me duelen los míos. No quiero ver sufrir ni llorar a los míos. Prefiero mandarle un sms a mi primo Juan Carlos por la felicidad de verlo ganar una Copa del Rey (y que el me los devuelva después por las Uefas del Sevilla FC).
A mí me duele el Betis de los béticos que de forma anónima nos acompañaron en el llanto por Antonio Puerta en el día más triste del sevillismo contemporáneo.
A mí me duele el Betis de la veteranía de don Alfonso Jaramillo. Me duele el Betis de la clase de don Julio Cardeñosa. Y me duele el Betis de la categoría de don Rafael Gordillo.
Me duele el Betis maltratado por el ego de un cateto que apesta a dinero, que se autoproclama "salvador" y deshonró al Betis robándole a don Benito Villamarín el nombre de su estadio, y que pudo provocar hasta una guerra sevillana entre hermanos béticos y sevillistas imponiendo un busto propio, el busto de la vergüenza, para deshonra de la ciudad de Sevilla.
Que se quede con su busto y con su dinero, y que deje ya al Betis en paz.
A mí también me duele el Betis, y lo quiero ya en Primera.
Firmado: Un Sevillista.

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