lunes, 22 de junio de 2009

VICENTE FERRER

Tengo que reconocer que no conocía mucho de la vida y la obra de Vicente Ferrer. Y ahora que ha fallecido, me duele. Normalmente, en esta "sociedad basura", se conoce más la vida y la obra de los futbolistas, de los políticos y de los "famosos" de profesión, los que van a los programas de televisión a contar sus miserias. Si en un canal de televisión emiten un documental sobre un viejo misionero y en otro canal sale una "famosa" contando cómo su novio le ponía la mano encima (que ahora ya no venden cuernos, ahora venden maltrato), seguro que tiene más audiencia la morbosa "historia" de la "famosilla" de turno. Desgraciadamente.
No se por qué, nunca se cruzó en mi vida Vicente Ferrer. Apenas me sonaba su nombre. Me considero un ignorante. Posiblemente haya preferido ver un "salsarosa" o un partido de fútbol, antes que un documental sobre el misionero valenciano.
Ha tenido que ser ahora, con su pérdida, cuando las noticias de la televisión me lo han dado a conocer, y me han presentado a un hombre apasionante, desprendido, humano, verdadero y muy grande. Un verdadero santo.
Aunque lo más importante que nos ha dejado ha sido su obra, su acción y su gran ayuda a los más necesitados, frases como estas nos indican su grandeza de espíritu: "La acción buena nos hace felices. La mala nos destruye", "La utilidad de los libros es que inspiran y ayudan al hombre para entender y descifrar su propio corazón", "En esta vida no hay ninguna persona, cosa o acontecimiento que sea inútil", "Dios es el corazón del mundo", "Lo importante es hacer el bien", "... hay que entrenar la mente y el espíritu para saber vivir en paz en medio de las tempestades del mundo".
Descanse en paz.

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