viernes, 9 de octubre de 2009

LAS LAGRIMAS DEL ALMA BROTARAN...

... De cada corazón valencinero.... Mi pueblo ya por fin va a despertar de un sueño que ha durado un año entero.... Despiértate, chiquilla, que este año sí la cantamos. Porque este domingo llegará la luz de ese nuevo día que el año pasado no tuviste. Los cohetes despertarán a la mañana y acabará el sueño de nuestro pueblo. Despiértate, que ya repican las campanas porque es “Domingo de Torrijos”. Despiértate, porque este domingo te esperaremos temprano para calentar las gargantas. Como tantas veces hicimos.
Sabes que el año pasado yo no podía cantar “el alba de Valencina” (la nuestra) y la tuve en mi mente todo el domingo de romería, porque todo el domingo me acordaba de ti. Hubo muchos momentos del día de mucha pena y melancolía, hasta la lluvia acompañaba en tristeza.
Fuimos muchos los que le pedimos con todas nuestras fuerzas al Señor de Torrijos y a la Virgen que se llama como tú que cuidaran de ti en tus días de sufrimiento y de enfermedad... Y vaya si te cuidaron. Se que fue muy duro para ti, y para los tuyos, pero ahí estás como siempre dando “guerra” y renovando esa semilla de torrijeros jóvenes y cantando otra vez en tu coro las coplas de siempre y las que vayan saliendo.
Le pedí al Señor de Torrijos por tu salud, y te escribí hace un año que volveríamos a cantar juntos aquella vieja canción que estrenamos una mañana temprano como la de este domingo. Lo de la canción, sinceramente, era lo de menos, hace un año sólo quería con toda mi alma verte otra vez vestida de flamenca acompañando a nuestra Virgen de la Estrella en su camino a Torrijos, cantando delante de la carreta y bailando al paso como sólo saben hacer las mujeres de Valencina de la Concepción.
Y gracias a Dios, a este bendito Señor que atado a la columna nos llena de fuerzas, este domingo vamos a poder cantar juntos esa copla nuestra. Despiértate, que hay que hacer voces para cantar “peregrina” y hacerle una corona de flores por sevillanas a nuestra Reina bendita de la Estrella. La que se llama como tú.
Despiértate, que por fin la luz de un nuevo día llegará.... Que te espero el domingo para cantar contigo nuestra copla. Y yo diré.... “el alba suena ya en el tamboril”, y tu contestarás.... “tu coro va a cantarte peregrina”, y yo diré... “la Estrella de mi pueblo va a salir”, y tu dirás “para llenar de paz a Valencina”.... Entonces, “las lágrimas del alma brotarán de cada corazón valencinero...” Y en mis ojos y en los tuyos resbalarán lágrimas de alegría como aquel día en que volvimos a cantar juntos nuestra copla en aquel ensayo.
Que sepas, chiquilla, que una de las cosas más bonitas que me sucederá este Domingo de Torrijos será cantar contigo, de nuevo en el coro, “el Alba de Valencina”.
Disfruta de este día, a tope, y da gracias a Dios (el que está atado a la columna) por la fortaleza y el espíritu de lucha que te ha dado. Y que esa Virgen, la que se llama como tú, te bendiga siempre.
Y, por favor, no me faltes más, que un Domingo de Torrijos sin ti, no es lo mismo.

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