miércoles, 5 de mayo de 2010

En mi corazón

La luz de mayo llega con fuerza esta mañana. Y el sol lo llena todo, colándose por la ventana de mi corazón. Hoy no quiero recordar el día más triste de mi vida, sino al hombre que me la dio y me la enseñó, llevándome de la mano por cada camino, por cada sendero, descubriéndome atajos nuevos y guiándome a cada paso para que caminara con decisión y firmeza.
Ese sol, que llena mi corazón cada día, hoy calienta mi alma en el recuerdo de la ausencia, aunque todavía escuche su voz cantando, su tos seca de cada mañana, o lo vea venir con su gorrilla y un transistor siempre en las manos. Todavía lo busco para contarle alguna cosa, para preguntarle por algún paisano, o para que escuche las nuevas sevillanas que canta su pueblo.
Está en mi corazón, llenándolo todo, porque las ausencias de los seres queridos se van convirtiendo con el paso del tiempo en una presencia viva, y cada vez más grande, en lo más profundo del corazón.
Ese corazón que hoy me rebosa, se me sale, como si él estuviera queriéndolo ocupar todo, todo para él, todo él.
Hoy no quiero recordar el día más triste de mi vida, sino a mi padre que me la enseñó. Y me la sigue llenando.